Cada piedra natural y cada pieza de cerámica o joya que creamos en Conectados Buenos Aires tiene alma propia. No son simples accesorios: son amuletos que te acompañan en tu camino, cargados de energía, historia y magia. Por eso, cuidarlos es también cuidar tu energía 💜.
El acero quirúrgico (cadenas y aros) resiste muy bien el agua, no se oxida ni pierde su color.
Los dijes de fundición, cerámica o aleaciones son más delicados: el agua, la sal o el cloro pueden opacar su brillo y energía con el tiempo.
Las piedras naturales son únicas: algunas toleran el agua (como el cuarzo o la amatista), pero otras son más sensibles (como la selenita, la turmalina o la malaquita) y pueden dañarse.
👉 Siempre que puedas, evitá mojarlas para proteger su belleza y energía.
Preferimos que no 🌊.
El cloro, el jabón y la sal no solo pueden afectar los metales y dijes, también “ensucian” la vibración de tus piedras. Para mantener su energía limpia y pura, lo mejor es retirarlas antes de bañarte o nadar.
El acero quirúrgico se mantiene brillante y sin cambios con el tiempo.
Los dijes de fundición pueden opacarse al contacto con humedad, cremas o perfumes (es normal con el uso).
Las piedras naturales pueden mostrar pequeños cambios de tono o brillo porque están vivas, en constante intercambio energético contigo ✨.
Piedras naturales → además de la limpieza física, necesitan limpieza energética:
Con humo de sahumerio o palo santo.
Con la luz de la luna (sobre todo en luna llena 🌕).
Con cuencos de cuarzo o sonido para vibrarlas alto.
Guardá cada pieza por separado para evitar rayones.
Evitá el contacto directo con perfumes, cremas y químicos.
No duermas con ellas puestas, dale un descanso a tu energía y a la suya.
Guardalas en un lugar seco, en una bolsita de tela o cajita. Mejor si están cerca de otras piedras que las recarguen 💎.
Tus piedras son maestras silenciosas. Si las cuidás con amor, te acompañarán mucho tiempo con su energía intacta 🌿✨.